La procrastinación es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse,sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.
Atendiendo a esta definición, podemos entender que aquellas tareas que son más susceptibles de ser postergadas son aquellas que no nos divierten. Y que, además, no es obligatorio realizarlas ahora mismo.
La procrastinación es por tanto uno de los ladrones del tiempo con el que tenemos que lidiar en nuestro día a día.
Cómo actúa la Procastinación
Imagínate que tienes que ponerte a estudiar o tienes que realizar un informe que te han pedido pero para el que aún no tienes fecha de entrega. En ese momento te viene a la cabeza un pensamiento que te dice “antes de ponerte sería mejor que te cambies de ropa para estar más cómodo”.
Entonces, dejas lo que estás haciendo y te vas a cambiar de ropa. Cuando lo estás haciendo pasas por la cocina y se te ocurre picar algo antes de ponerte, para luego no tener que levantarte. Coges algo de comer. Y mientras estás comiendo, miras por la ventana, ves el día tan bonito que hace y decides salir a dar un paseo para hacer algo de ejercicio antes de sentarte.
Cuando te quieres dar cuenta, han pasado dos horas. Y el tiempo que tenías dedicado a esa tarea se ha agotado. Entonces, empiezas a ponerte nervioso, te estresas y entra en juego el sentimiento de culpa. Empiezas a preocuparte y agobiarte por el tiempo, lo que te hace aún menos productivo y eficiente.
Claves para vencer la Procrastinación
La primera clave, la más importante y la más eficaz: suprimir las tentaciones. Identifica todos aquellos elementos que en un momento determinado puedan suponer una tentación y aléjalos o ponlos fuera de tu vista. Recuerda que, en el tema de aprovechar el tiempo, el que evita la tentación evita el peligro.
Y, además…
Divide la tarea en pequeñas subtareas que sean manejables
Márcate pequeños hitos que respondan a preguntas del tipo: ¿qué es lo primero que tengo que hacer para abordar este tema? ¿Y, después? ¿Y, después?. Poco a poco, y de forma cómoda, te irás acercando al objetivo final.
Rompe la barrera del primer minuto
Lo realmente complicado es vencer el momento anterior a ponerte. Si logras vencerlo tendrás la mitad de trabajo hecho, Y, a partir de los 5 primeros minutos, será tu cerebro el que te ayude. Ya que creará la ansiedad necesaria para terminar la tarea que has comenzado.
Evita los argumentos autoabsolutorios o autopermisivos
Si decimos “no pasa nada por un día que me retrase, tengo tiempo”; “miro Facebook, pero solo cinco minutos”; “ya emparé mañana, que es lunes”, estaremos dando de comer a la procrastinación. Deja de lado cualquier tipo de excusas. Y, simplemente, hazlo ya.
Recompénsate por haber hecho la tarea
Asociar una tarea que nos resulta aburrida o tediosa con algo agradable como una recompensa, eleva la motivación. Ponte premios. Y comprobarás como funciona a modo de motivación.
Date un pequeño descanso al concluir cada una de las tareas parciales
Si cada vez que finalizas alguna de las subtareas que te has planteado haces un pequeño descanso, verás como “recuperas” fuerzas tanto físicas como mentales. El cansancio es un factor que multiplica el desinterés y reduce la capacidad de esfuerzo. Por lo que es importantísimo establecer pequeños periodos de desconexión y descanso de la actividad.
Cuando tomes una decisión, comunícala
El compromiso es más difícil de incumplir si hay una resolución publica. Haz saber a las personas implicadas que has decidido actuar de un determinado modo. O establecer unos plazos de tiempo. Una vez comunidada, harás todo lo posible por cumplir tu palabra.
Como ves, estas son solo algunas formas eficaces para vencer la procrastinacion. Sin embargo, no siempre son sencillas de implementar. Porque, en muchas ocasiones, detrás de esa postergación de las tareas se esconde el miedo al fracaso y el exceso de perfección.
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