La inteligencia emocional nos permite gestionar nuestras emociones, entender a los demás y establecer relaciones interpersonales efectivas. Descubre aquí cuál es su importancia y sus características.
La inteligencia emocional se ha popularizado a partir de la capacidad que tiene de reconocer y gestionar las emociones, propias y ajenas, de manera efectiva.
Es una combinación de habilidades, como el autoconocimiento, la autorregulación, la empatía, la motivación y las habilidades sociales, definida por Daniel Goleman.
En este artículo, Gestión te presenta las características y ejemplos para entender mejor la importancia de la inteligencia emocional.
Hablar de la inteligencia emocional (IE), nos referimos a la habilidad de entender, usar y administrar nuestras propias emociones en formas que reduzcan el estrés, ayuden a comunicar efectivamente, empatizar con otras personas, superar desafíos y aminorar conflictos.
Howard Gardner expresó en sus escritos la teoría de las Inteligencias Múltiples (Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences), dividiendo el coeficiente intelectual en diferentes capacidades independientes pero interrelacionadas entre sí, que definen a una persona.
De esta manera, separó la inteligencia en doce tipos distintos para su análisis. Cada una de ellas representa una parte de nuestro coeficiente intelectual, y son: Inteligencia lingüístico-verbal, lógico-matemática, visual-espacial, musical, corporal-kinestésica, intrapersonal, interpersonal, naturalista, emocional, existencial, creativa y colaborativa.
Mientras que el psicólogo Daniel Goleman construye el concepto de inteligencia emocional, profundizando en este tipo de inteligencia planteado por Gardner. Esta no depende necesariamente de las emociones, sino también de un correcto pensamiento y desarrollo emocional. Esta se divide así en diferentes tipos y categorías que pueden ser indispensables para tener éxito en la vida profesional. Pero veamos más a fondo su significado.
¿Cuáles son los tipos de inteligencia emocional?
La inteligencia emocional no es una sola. Abarca diferentes tipos y características que definen el coeficiente intelectual (ci) de un aspecto de la persona. Estas pueden dividirse en cinco categorías básicas:
Empatía: Consiste en entender cómo se sienten los demás y aprender a comunicarse correctamente para lograr un objetivo común. Cada persona reacciona de diferente manera a ciertos estímulos dependiendo de su contexto y su experiencia.
Habilidades sociales: las buenas relaciones interpersonales guían a las personas al éxito, ya que pueden lograr más cosas con liderazgo, gestión de conflictos, cooperación y trabajo en equipo.
Autoconocimiento: este tipo de inteligencia emocional consiste en la capacidad de reconocer los sentimientos que uno alberga y cómo estos pueden afectar las acciones que hacen. La conciencia emocional y la confianza son vitales para su desarrollo.
Motivación: este tipo se relaciona con el compromiso de llegar a los objetivos que uno se plantea, cómo se mantiene el positivismo ante las adversidades y cuál es la iniciativa que una persona maneja para plasmar determinadas metas.
Autorregulación: las técnicas de autocontrol son esenciales en la inteligencia emocional. Controlar la duración de nuestras emociones y que tanto influyen estas en nuestras decisiones es vital para este tipo de inteligencia emocional.
Ejemplos de inteligencia emocional
Valorar los triunfos de los demás sin caer en comparaciones con otras personas o uno mismo.
Aceptar los errores cometidos y ser capaces de perdonarse así mismo para aprender de lo ocurrido.
No juzgar el hecho de sentirse bien o mal más que por lo que son: emociones transitorias que pasarán con el tiempo.
Analizar las reacciones inmediatas a las emociones, interpretarlas y aprender de cada una de ellas para manejarlas de ser necesario.
Comprender cuál es la emoción que uno siente y no dejar que el cerebro confunda una con otra. A veces el enojo puede presentarse cuando en realidad se siente tristeza.
Evitar estimulantes como el alcohol, cafeína, drogas o algún fármaco relacionado para tener ciertas sensaciones.
Entender que cada persona es individual con sus experiencias y relaciones. Los sentimientos personales pueden generalizarse para los demás hasta cierto punto.
Encontrar el equilibro entre los éxitos y errores, no dejándose llevar por el narcisismo o por una lástima por sí mismo.
¿Cómo saber si mi inteligencia emocional es alta?
Aunque no forma parte de los ocho tipos de inteligencia que promueve el concepto de inteligencias múltiples promovido por el estudioso estadounidense Howard Gardner en su libro “Estructuras de la mente” (Frames of Mind), la inteligencia emocional ha cobrado un inusitado protagonismo.
Y es que la inteligencia emocional, según lo definen en el Programa de Extensión Universitaria de ESAN, “brinda elementos de gran ayuda para el liderazgo intrapersonal como para el interpersonal, debido a que el conocimiento y aplicación de ciertas herramientas permiten a la persona tener un mejor equilibrio personal y mayor capacidad de influencia en las personas que lo rodean”.
Pero, debido a que muchos consideran que se tratan de habilidades que se adquieren no solo por nacimiento sino que también se aprenden a lo largo de nuestras vidas, ¿cómo podemos saber si nuestra inteligencia emocional es alta?, ¿de qué nos podemos valer para medirla? Averígualo aquí.
Los atributos de la inteligencia emocional de Daniel Goleman
Goleman identificó cinco habilidades clave dentro de la inteligencia emocional o IE:
Autoconocimiento: La habilidad para comprender tus propias emociones. Tener autoconocimiento significa entender tus fortalezas personales, debilidades, valores, metas y el impacto en los demás.
Autorregulación: La habilidad de regular tus emociones. En lugar de actuar impulsivamente, los líderes con una alta autorregulación son capaces de detenerse y examinar sus emociones antes de reaccionar.
Motivación: Las razones por las que quieres tener éxito. Reconocer tu motivación te ayuda a adaptar tu comprensión empática.
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