El éxito que un niño pueda lograr en el aprendizaje está completamente relacionado con la alimentación que recibe. Un niño que no recibe los nutrientes necesarios en el momento en que su cuerpo lo requiere estará en desventaja con respecto a los que sí lo obtienen. Un niño hambriento o insatisfecho será aquel que no puede concentrarse en los estudios, y un niño desconcentrado no podrá aprender.
Los padres nos enfrentamos todos los días al reto de la preparación del lunch que llevarán nuestros hijos a las escuelas, que sea variado, nutritivo y suficiente, con ingredientes que permitan preparaciones rápidas y llamativas para los niños, aunque muchas de las veces el tiempo para cocinar o para armar los lunches es escaso, así como por las mañanas muchas veces no hay tiempo para pensar en qué se van a llevar los niños.
Un lunch ideal se debe componer de ingredientes frescos en lugar de comida procesada y poco nutritiva, y debe contener fibra, proteínas, frutas y/o verduras y por supuesto agua o alguna bebida. Una opción puede ser el mandarles un sándwich de jamón, un poco de queso y con lechuga y jitomate, alguna fruta y un contenedor de agua natural, y se deben de evitar los alimentos como los Nuggets y otros similares súper procesados y con ingredientes dudosos, llenos de sal y de conservadores, o las galletas y las barras procesadas que contienen harinas refinadas, azúcares y grasas no saludables.