¿Es beneficioso para la salud mental residir en entornos urbanos? ¿Qué características debe tener una población para ser compatible con la salud mental? ¿Qué papel ocupa la psicogeografía y la psicología ambiental? ¿Las personas que residen en entornos rurales son más felices? ¿Las personas que viene en zonas urbanas viven más estresadas?
¿Cómo nos afecta el ambiente en nuestro comportamiento?
Vivimos en un entorno social, en el que nos afectan todos los elementos naturales, arquitectónicos y sociales que nos rodean. La contaminación, las distancias entre los distintos servicios, la cercanía con los seres queridos, el trayecto a la jornada laboral o los servicios administrativos y culturales influyen en nuestro mapa cognitivo de la ciudad.
Los orígenes de la psicogeografía
Podemos situar el origen de la psicogeografía a finales de los años 50 en Italia, donde la llamada Internacional Situacionista, buscaba criticar el urbanismo funcionalista, capitalista y racional y acercar el diseño urbano a las personas y a su bienestar; esto se producía al mismo tiempo que numerosas investigaciones en psicología social y ambiental entre las quepodemos encontrar la Escuela sociológica de Chicago o los estudios de Kurt Lewin. Entendido la psicogeografía como “estudio de los efectos precisos del medio geográfico, acondicionado o no conscientemente, sobre el comportamiento afectivo de los individuos".
Las personas nos formamos un esquema psicológico de las vivencias, materiales y emocionales, que afectan en su manera de entender el territorio y la ciudad. Cualquier lugar,sea urbano o rural, aislado o excesivamente poblados tiene efectos en la sociedad ya los lugares transmiten sensaciones, percepciones y sentimientos y estos difieren si la persona ha socializado en contacto con la naturaleza, animales o con la libertad de movimientos que permite poblaciones pequeñas.
Más espacio físico, más salud mental
La ciudad o el barrio donde vivimos forma parte de un espacio simbólico caracterizado porestos elementos según Hall (1998):
El espacio determinado por las estructuras y diseños que pueden ser sociófugo o sociópetos según las posibilidades de interacción social que proporcionan el urbanismo. Por ejemplo: plazas con zonas verdes y bancos de uso público serían lugares sociópetos y salas de espera o sede de administraciones sociófugos.
La distancia social, este término tan conocido a raíz de la pandemia, no implica distancia emocional o frialdad, sino la distancia física con la que una persona se siente cómoda en una interacción social concreta. Por ejemplo, no mantenemos la misma distancia en una reunión de trabajo que en un encuentro social.
En España, principalmente residimos en pisos, siendo nuestro país el que más población reside en apartamentos respecto a los vecinos de la Unión Europea, un 66% frente al 40% de la media o el casi 20% de países como Reino Unido y Holanda.
Actualmente, la mayoría de la población residente en áreas urbanas y metropolitanas y puede presentar un déficit por naturaleza en el que la falta de acceso al medio natural y su estilo de vida favorece la obesidad, la atención, enfermedades cardiovasculares o problemas emocionales como la depresión. Pasar más tiempo en contacto con la naturalezapuede suponer un fortalecimiento del sistema inmune, mayor autonomía e independencia, mayor flexibilidad cognitiva y resolución de problemas, cohesión grupal e identidad social o el desarrollo de habilidades psicomotoras.
¿Por qué tantas personas han decidido abandonar las grandes ciudades según lapsicogeografía?
Durante la pandemia, pudimos comprobar algunos de los principales efectos sobre la salud mental, términos como aislamiento social, distancia física, confinamiento, ya habían sido estudiados por la psicogeografía y psicología ambiental antes de formar parte del vocabulario cotidiano.
Debido a los efectos de la pandemia por Covid-19, los sucesivos conflictos internacionales, las ventajas del home office y las numerosas opciones culturales, deportivas o sociales desarrolladas en los pueblos, cada vez son más las personas que se plantean abandonar ciudades masificadas y residir en núcleos más pequeños con un ritmo de vida más sosegado, menos distancias y mayores vínculos sociales y contacto con la naturaleza.
Factores que han multiplicado el interés por residir en zona rural o poco poblada:
Numerosos pueblos buscan rejuvenecer su población con compensaciones económicas y laborales.
El acceso a grandes recursos en poco tiempo.
La escasez de vivienda.
Residir en un entorno tranquilo, seguro y amigable.
Además, la cercanía de las relaciones sociales que se crean en poblaciones pequeñas facilita la socialización infantil, la diversidad laboral o el acceso a pequeños servicios diarios con personas que conocen nuestro nombre, intereses e incluso se interesen por la familia o salud.
Una de las iniciativas para fomentar el desarrollo social, mejorar la cohesión social y la calidad de vida en entornos urbanos es la llamada Ciudad en 15 minutos por la que cualquier ciudadano dispone de espacios culturales, comerciales, centros educativos o administraciones a un máximo de un cuarto de hora a pie, en bicicleta o en transporte público.
Estrategias para mejorar la salud mental según el espacio
Existen numerosos proyectos para hacer más habitable el espacio. El documento Hogares con Psicología en la que el Consejo General de la Psicología, la Psicofundación e Ikea describe cómo la luz, el orden o el olor influyen en las relaciones sociales. Los datos de esteestudio indican que las personas valoran de su vivienda tener mobiliario suficiente, luz natural y espacio privado, y les desagrada de su hogar la falta de espacio, las vistas desde la ventana o no disponer de espacios abiertos o exteriores.
Algunas de las ideas propuestas por este documento son:
Mantener el orden. Ayuda a despejar nuestras preocupaciones ya que favorece ordenar las ideas y el espacio.
El olor es el sentido más emocional que existe, teniendo un papel importante en la primera impresión, en las relaciones sociales y en los recuerdos. Procura que la casa huela bien.
La luz natural favorece la satisfacción con la vivienda. Debemos fomentar espacios ventilados e iluminados de forma cálida y natural.
Controla los ruidos. Tanto para evitar problemas con la comunidad, como para crear momentos placenteros de silencio.
El acceso a zonas verdes es necesario. La falta de contacto con el medio natural puede ser un factor de riesgo de problemas emocionales. Esto es fundamental es un momento en el vivimos rodeados de tecnología, comunicación y noticias ajenas.
Combina espacios de uso compartido con momentos privados. Todo tiene su momento. Importante en el caso de convivir personas de diferentes edades e intereses.
Celebra eventos en casa. Invitar a amistades produce una mayor sensación de bienestar y menores síntomas de depresión y soledad.
Según este listado: ¿En qué tipo de viviendas podríamos encontrar estas sensaciones? ¿Dónde son más típicas estas viviendas? ¿Qué tipo de personas o profesiones pueden permitirse económicamente el acceso a estos núcleos cerca de grandes ciudades?
Residir en una vivienda, en un piso, en un pueblo o en una ciudad dependerá del tipo de las necesidades de cada persona. Por supuesto, estas pueden cambiar a lo largo del ciclo vital y modificarse según los valores e intereses personales, sociales y laborales.
Díez Simón, María del Mar. Julio, 2022.
Comments