Comprenda de dónde viene la motivación: la motivación viene del interior. Los buenos líderes hacen que las personas se motiven a sí mismas mediante ese liderazgo.
Sea la causa, no el efecto: los líderes actúan no como un efecto sino como una causa
Recomiende pensar: las personas se sienten motivadas cuando piensan en cosas motivantes. El pensamiento, y no las circunstancias, debe reinar.
Alimente un ego sano: tener confianza inspira lo mismo en la gente.
No admita limitaciones: se les debe demostrar a las personas que son capaces de mucho más de lo que creen.
Motive con el ejemplo: los líderes deben ser «hacedores», no «sentidores». Nuestra habilidad de motivar gente se incrementará exponencialmente a medida que nuestra reputación como «hacedores» crece.
Dé poder a las demás personas: para que la gente se disponga a trabajar, los líderes deben eliminar el miedo a tomar decisiones.
Cree una cultura del reconocimiento: las personas deberían ser reconocidas hasta por lo más mínimo. Esto las motivará a hacer las cosas bien.
Debata con usted mismo: cuestionar nuestras propias ideas elevará nuestro pensamiento a un nuevo nivel.
Lidere desde el frente: los líderes pueden ser muy motivadores si ellos son los primeros que hacen lo que quisieran que su gente hiciera.
“Mantente alejado de aquellas personas que tratan de menospreciar tus ambiciones. Las personas pequeñas siempre lo hacen, pero los verdaderamente grandes hacen sentirte que tú también puedes ser grande”.
- Mark Twain